El dólar minorista se dispara a $1450, tras la derrota de LLA en la provincia de Buenos Aires
- Sep 08, 2025


La contundente derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires generó un cimbronazo político y económico. El dólar volvió a colocarse en el centro de las miradas, en un mercado que ya anticipa semanas de alta tensión y volatilidad. El Gobierno enfrenta ahora su mayor desafío: sostener la estabilidad cambiaria en un escenario adverso, donde los resultados electorales ampliaron la incertidumbre y debilitaron las expectativas de corto plazo.
El billete verde opera bajo fuerte presión, con el oficial obligado a intervenir para evitar un salto brusco y el financiero mostrando señales de tensión. Mientras tanto, el blue y los segmentos alternativos están bajo marcada tensión, reflejo de la demanda creciente de cobertura.
En este contexto, el objetivo inmediato es claro: contener al dólar hasta octubre. Sin embargo, el margen de maniobra es cada vez más reducido y la economía entró en una etapa crítica donde la política marcará el ritmo de las variables financieras.
Un equilibrio frágil y costoso
Los especialistas de AdCap subrayaron que los resultados de las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires sorprendieron al mercado. Con el 47% de los votos para el oficialismo y apenas 34% para la oposición, el desempeño de La Libertad Avanza resultó más débil de lo esperado. La derrota en todos los distritos, especialmente en la primera y tercera sección electoral, configura un panorama adverso que podría generar una reacción negativa en los mercados. De hecho, los tipos de cambio en los distintos segmentos ya reflejan tensión con cotizaciones por encima de los $1.400 por dólar.
Los analistas advirtieron además que el Gobierno enfrenta su primera crisis de envergadura, lo que abre especulaciones sobre cambios en el gabinete y eventuales medidas de urgencia. Este clima de incertidumbre política se suma a la fragilidad financiera, reforzando la idea de que el dólar permanecerá en el centro de la escena hasta que se reordenen las expectativas.
Por su parte, los expertos de Mega QM advirtieron que la prioridad oficial en las próximas semanas será controlar el tipo de cambio y bajar la inflación. Para ello, el Tesoro recurre a ventas en el mercado spot y a intervenciones en futuros, mientras convalida tasas de interés que lucen difíciles de sostener en el tiempo. Esta dinámica, explicaron, refleja un equilibrio débil que exige esfuerzos crecientes para mantenerse.
Los analistas de Econviews apuntaron en la misma línea, al remarcar que el mercado se encuentra expectante y condicionado por las señales políticas. La tensión entre dólar e inflación será decisiva para definir si los activos locales encuentran un respiro o si se profundiza la vulnerabilidad. En su visión, el resultado electoral se convertirá en un factor determinante para proyectar el valor de los activos financieros.
Bancos, tasas y deuda en pesos bajo presión
Los especialistas de Mega QM subrayaron que la presión sobre la liquidez bancaria fue un factor crítico en agosto. Recién hacia fin de mes los bancos pudieron recomponer su posición gracias al crecimiento de los depósitos, lo que les permitió absorber la suba de encajes y ampliar marginalmente su exposición en títulos públicos en pesos. De todos modos, la relación entre préstamos y depósitos netos de encajes se mantiene cerca de los máximos, generando tensiones sobre las tasas.
Para Econviews, las tasas de interés elevadas se transformaron en una herramienta de contención que pierde efectividad a medida que se acerca la elección. El mercado percibe que se trata de un recurso transitorio y que en cualquier momento podría requerirse un ajuste más profundo. El desafío es evitar que el dólar vuelva a convertirse en el refugio inmediato frente a la falta de confianza.
En cuanto al roll over de deuda en pesos, Mega QM destacó que el perfil de vencimientos hasta octubre es menos desafiante, ya que más de la mitad está en manos del Banco Central y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Eso asegura su renovación, aunque obliga al Tesoro a convalidar tasas elevadas para captar el resto. La estrategia busca contener la expansión monetaria, pero a costa de sostener un esquema financiero que erosiona la actividad.
Los analistas también resaltaron que la presión cambiaria obligó al Gobierno a subir encajes remunerados y no remunerados para absorber pesos. Este doble objetivo, de menor liquidez y mayor rolleo de deuda, refleja el esfuerzo por llegar a octubre con cierta estabilidad, aunque en un marco de alta volatilidad.
El dólar y los escenarios post elecciones
Hacia adelante, los expertos coincidieron en que el desenlace electoral marcará la diferencia entre dos caminos bien distintos. En un escenario optimista, el desequilibrio cambiario podría resolverse por una reversión de flujos: quienes se dolarizaron necesitarían volver a pesos, lo que generaría un equilibrio más razonable entre tipo de cambio y tasas de interés. Esa dinámica permitiría incluso un respiro en los activos financieros.
En cambio, un escenario negativo se abriría si el resultado electoral no valida el rumbo económico actual. En ese caso, la mejora del riesgo país se vería postergada y el Tesoro enfrentaría mayores dificultades para regresar a los mercados internacionales. El dólar, en este marco, encontraría un punto de equilibrio más alto, ya que el flujo de divisas sería insuficiente para sostener la demanda.
Para expertos el factor común es que el dólar seguirá en el centro de la escena hasta octubre. Las estrategias de cobertura dominan el tablero y la apuesta a mediano plazo dependerá de la señal política que surja de las urnas. El mercado decidió esperar y observar: recién después de los comicios se podrá proyectar si la economía logra estabilizarse o si la presión cambiaria vuelve a escalar.
En síntesis, el dólar se convirtió en la variable más sensible de la coyuntura argentina. Su evolución en las próximas semanas reflejará no solo el humor del mercado, sino también la capacidad de la política para transmitir confianza. Hasta octubre, el wait and see seguirá siendo la norma.