Más de 14 millones de bonaerenses votan este domingo en comicios legislativos desdoblados, con un fuerte temor al ausentismo y en medio de una puja política que puede marcar el rumbo del Gobierno y del PJ. La Libertad Avanza busca instalar un plebiscito contra el kirchnerismo, mientras el oficialismo pone en cancha figuras de peso.
En esta jornada, que se prevé larga y no exenta de controversias, más que el recuento de votos y bancas y seccionales, la verdadera batalla se dará en el campo de las interpretaciones. Quien logre imponer su relato sobre qué significa “ganar” o “perder” saldrá mejor posicionado de cara al próximo round en las urnas, el 26 de octubre.
La jugada del gobernador Axel Kicillof forma parte de su estrategia para despegarse de las tensiones internas del Frente de Todos (ahora Fuerza Patria) y dar un paso más en su proyecto 2027, que lo imagina disputando la presidencia. Con el desdoblamiento, también desafía abiertamente la conducción de Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo, en una interna que ya dejó de ser silenciosa.
En este contexto, la elección legislativa provincial se transformó en un test político de peso para el futuro del oficialismo, pero también para el gobierno nacional de Javier Milei, que llega golpeado por la crisis y los cortocircuitos internos. Según el propio Presidente, lo que se espera este domingo es un "empate técnico", aunque en La Plata se respiraba un moderado optimismo en el entorno del gobernador.
Desde La Libertad Avanza, la campaña fue planteada como un plebiscito directo entre "kirchnerismo o libertad", con el objetivo de nacionalizar la discusión y medir fuerzas a un mes de las generales. Por el lado del peronismo, la estrategia fue menos frontal pero igual de clara: listas con candidaturas testimoniales fuertes para consolidar la unidad y revalidar el poder territorial, sobre todo en los distritos del conurbano donde el PJ sigue siendo dominante.
